Una aclaración.
Antes de empezar quiero dejar claro
que escribo desde el anarquismo y para el mismo. Lo cual, considero no
es óbice para hacerlo de forma crítica y, no de forma aduladora o
mitificadora o dogmática. Esto no quiere decir que esté en lo cierto,
simplemente, es lo que creo.
No pretendo vender nada, por lo que
hablo de la realidad que veo. No pretendo catequizar, ni hablo desde el
pesimismo, al margen de que la situación social esté muy complicada,
sino de la necesidad de construir desde bases reales, sin
autoengañarnos, y la realidad no da para mucha juerga ni optimismos
gratuitos.
Hablo desde el anarquismo, porque creo
que es desde donde podemos ir hacia una sociedad mejor, más
igualitaria, justa, solidaria, fraternal,... Para ello, no pretendo
hacer propaganda, creo que estamos en otra fase, analizar como estamos y
tomar los acuerdos necesarios para salir de la misma.
Por último, es un texto largo, un
“tocho”, porque creo que hablar de la necesidad de crear una
organización anarquista, en la actual situación, lo necesita, para
evitar partir de posiciones no suficientemente desarrolladas que nos
lleven a desengaños. Estoy seguro que hasta se puede hacer más largo y
mejor, no por hacerlo sino porque es necesario.
Un comienzo.
He seguido, más o menos, los debates
que se están dando sobre la necesidad de una organización, como
instrumento del anarquismo ibérico, español, catalán, gallego, vasco,...
para su intervención política.
En el debate se plantean cosas
interesantes, y otras menos. Lo principal, es la inquietud de
militantes y grupos anarquistas que manifiestan dicha necesidad, yo le
llamaría, además, responsabilidad.
De donde debemos partir.
Es necesario clarificar la realidad
anarquista y libertaria; no podemos considerar que todo es igual, que no
existen diferencias, que todo cabe en un mismo cesto. Así mismo, ante
la diversidad existente en el anarquismo, no debemos considerar que una
propuesta es mejor que la otra, sino que cada cual libremente optará por
la que se sienta identificado. El tiempo y los hechos determinarán
quien es reconocido por el pueblo, quien se identifica con el mismo. Por
tanto: respeto, concepto a tener muy en cuenta, sobre todo, poniéndolo
en práctica, no solamente como retórica. Dentro de este respeto, y al
margen de la actuación cotidiana de cada cual, que darán o quitarán
reconocimiento, será necesario aclarar a la sociedad, con objetividad y
no de forma partidista, las diferencias entre los distintos
anarquismos.
Nuestra presencia, nuestra fuerza y capacidad de intervención (Una primera fase).
Deberíamos comenzar por reconocer, o
ser capaces de evaluar con objetividad, donde estamos, cual es nuestra
realidad y nuestra intervención, así como nuestra capacidad de cambiar
la actual situación de dominación, casi total, del capitalismo
globalizado, más específicamente, el capitalismo financiero. El poder
más fuerte de la historia, que ha integrado, engatusado,.. a la mayor
parte de la población para la consecución de sus objetivos.
Fragmentación, sectarismos,......
Desde mi visión del anarquismo
ibérico, español, catalán.............., donde incluyo, los diferentes
anarcosindicalismos, así como los diversos grupos libertarios, es un
anarquismo muy fragmentado y dividido. Actualmente, hay algunos avances
para superar esta división (en el anarcosindicalismo), avances tímidos y
con muchas reservas, por determinados motivos en los que no voy a
entrar. Si es de reconocer que existe una actitud diferente, más
positiva, la cual no es de despreciar (Véase llamamiento conjunto para
la convocatoria de la Huelga General del pasado 29 de Marzo).
Los motivos de la división y los
recelos son conocidos por todos quienes estamos en el campo libertario, y
son diferentes según quien los plantee. Unos y otros tienen sus
razones, tan válidas las unas como las otras. Pero no debemos olvidar
que se hacen desde una perspectiva partidista y, si analizamos todo en
su conjunto, existen aspectos negativos en ambos sectores.
El problema es con que intención se
utilizan esas razones, y si las mismas sirven para justificar (lo que es
injustificable) nuestra pequeña o insuficiente capacidad de
intervención, y nos quedamos encerrados en la “verdad” de cada uno. O,
por el contrario, si el análisis objetivo de esas razones, y nuestra
realidad, nos deberían empujar a tener actitudes diferentes, que no es
el caso, como: ser menos sectarios, menos dogmáticos, más respetuosos
con el otro, saber escuchar, ser menos patrimonialistas (lo digo desde
la perspectiva de ese discurso habitual de lo mío es lo válido y lo otro
es cualquier cosa, somos los únicos y verdaderos herederos,...., con
mayor o menor altanería y desprecio hacia el otro); ser mucho más
fraternal con compañeros que aspiran a un mismo objetivo final,... Por
tanto, estos defectos hay que añadirlos a la fragmentación del
anarquismo ibérico,... lo cual aún dificulta más los objetivos a
conseguir.
Este cambio de actitud (de
acercamiento) que se da en la actualidad, es un paso necesario, pero no
suficiente para resolver los problemas que tiene el anarquismo español.
Los problemas son más profundos, no solo una mayor “unidad y
coordinación” servirían para resolverlo todo. Si se diese el caso de la
“unidad”, bienvenida sea, y además sería deseable que se convierta en un
paso importante en nuestro quehacer diario (que no solo sea puntual)y
en nuestra forma de actuar, y fuese capaz de marcar diferencias visibles
y con apoyo real de los ciudadanos, respecto al resto de alternativas
ideológicas.
Para mi, es evidente que el anarquismo
ibérico,... tiene un nivel de intervención limitado; su capacidad de
incidencia, de reconocimiento por el pueblo, es mínima; su fragmentación
va en dirección contraria al de la acumulación de fuerzas necesarias,
para que dicha intervención tenga un peso que sea determinante durante
el proceso revolucionario al que aspiramos.
Con esto no quiero decir que los
anarquistas no estemos en la lucha o cuestiones similares; muchos lo
harán con un entusiasmo y convencimiento extraordinario. Pienso que cada
cual hace lo que puede con mayor o menor acierto; también habrá
intervenciones negativas. Solo quiero decir que los anarquistas, en su
conjunto, contamos muy poco en la lucha política y en los cambios que
deseamos se den en el mundo. Esta evidencia, desde mi visión, es común,
con sus particularidades y diferencias, en los niveles europeos y
mundiales.
Esto siempre sera un breve repaso de la encesidad de organizarnos.. Si quieres seguir Leyendo Click Aqui
.Destruye.
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